miércoles, 30 de octubre de 2013

El perdón

PERDÓN


Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. Pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas. (Mateo 6:14-15 NVI).

Para dar inicio a nuestros dos temas principales que son el perdón y la amargura quiero primero dar un concepto como tal de la palabra perdón

¿Qué es el perdón?

El perdón es la acción por la que una persona, el perdonante, que estima haber sufrido una ofensa, decide, bien a petición del ofensor o espontáneamente, no sentir resentimiento hacia el ofensor o hacer cesar su ira o indignación contra el mismo, renunciando eventualmente a vengarse, o reclamar un justo castigo o restitución, optando por no tener en cuenta la ofensa en el futuro, de modo que las relaciones entre ofensor perdonado y ofendido perdonante no queden afectadas o queden menos afectadas. 

Algo enredado ¿verdad?

Yo lo definiría de esta manera:
El perdón es poner al preso en libertad y descubrir realmente que el prisionero soy YO.

Si, tal como lo escuchas! Todos somos prisioneros cuando no perdonamos y esto nos lleva a amargarnos como tal, sin saber lo que la otra persona siente realmente.

El perdón es mucho más que palabras.

Muchas veces pensamos que el pedir “disculpas” es realmente perdonar, en la vida diaria que vivo como joven me he dado cuenta que la mayoría de personas les es muy fácil “pedir disculpas” que pedir perdón, ¿Cómo así no es lo mismo? No no es lo mismo, las disculpas las puedes utilizar de manera fácil e incluso muchas veces puede quedarse en palabras, el perdón va mucho más allá que una simple palabra, el perdón es una decisión, una motivación, un puente a la reconciliación, lo que sucede es que muchas veces cambiamos esta palabra por las disculpas pensando así que ya hemos hecho mucho y que quedas libre de tu carga cuando en realidad lo único que creamos son excusas para esconder esa carga y así no liberarla quedándonos con remordimientos e incluso odio en nuestro propio corazón sin darnos cuenta realmente de lo que es, ya que lo escondemos con una capa de protección llamada “disculpa”.

Tipos de perdón:
·         Perdón pleno/parcial: En el perdón pleno, el perdonante "perdona y olvida", es decir, no sólo decide no odiar al perdonado, sino que recupera la relación de confianza oamor con el perdonado, como si la ofensa no hubiera tenido lugar. En el perdón parcial, el perdonante decide no odiar al perdonado por la ofensa recibida, pero no se recomponen totalmente las relaciones preexistentes.
·         Perdón condicional/incondicional: En el perdón condicional, el perdonante subordina algunos o todos los efectos del perdón al seguimiento por parte del perdonado de ciertas reglas de conducta o al cumplimiento de cualquier otro tipo de condición.
·         Perdón expresado/tácito/no expresado: El perdonante puede optar por comunicar expresamente al perdonado la concesión del perdón, o bien por hacérselo ver por hechos más o menos concluyentes, o bien optar por no comunicarle de modo alguno la concesión del perdón.
·         Perdón espontáneo/solicitado: El perdón solicitado es el que se produce tras la petición de disculpas del ofensor, el espontáneo tiene lugar sin tal petición.
·         Perdón humano/divino: Según quién sea quien perdona, Dios o el ofendido, el perdón será divino o humano.

Poniéndome a observar estos diferentes tipos de perdón llego a la conclusión en que el perdón no debe ser divido por tipos sino que debemos llevarlo a un nivel más elevado y es el nivel donde Dios  obra, el nivel espiritual.

En lo espiritual el perdón puede tomar todas las explicaciones anteriores unirse en uno y definirlo como el perdón que tiene Dios sobre nuestras vidas y sobre nuestros pecados.


Como tal debemos tener en cuenta que somos pecadores de nacimiento, sin embargo es nuestra decisión poder cambiar ese ámbito pecador a ser santificados por la gracia de Dios y ser perdonado de su parte para vivir agradándole a él y ser parte de su reino, porque Dios nos ama de una manera sobrenatural, y llegar hasta tal punto de mandar a su hijo unigénito para que diera su vida por nosotros y nos permitiera ser perdonados por todos nuestros pecados por medio de su sangre para así poder renovar nuestra relación con Dios y ser santificados por él.

¿Realmente he perdonado?

Dicen que el que perdona se parece más a Dios, porque uno de los atributos más importantes es la misericordia y el perdón de él, porque si no hubiera perdón Dios no podría tener una relación con nosotros, cuando perdonamos demostramos fortaleza hacia los demás, el perdonar es un atributo de los fuertes, normalmente pensamos que somos débiles cuando perdonamos pero en realidad es carácter, fortaleza en nuestro carácter.

¿Cómo me doy cuenta si no he perdonado?

El espíritu Santo te lo revela, en este punto voy a contar un poco acerca de mi testimonio, normalmente en mi vida como Cristiano que he llevado, me daba cuenta que cuando el pastor hablaba acerca del perdón hacia las demás personas me daban ganas de llorar y de pedir perdón, pero no me daba cuenta a quien, y un día en una discusión con mi papá me di cuenta que a la persona que debía perdonar era él, a pesar de sus dificultades, quizás malos ejemplos debía entender que él hacía lo mejor por mi equivocadamente y que a pesar de todo lo que haya pasado en el transcurso de mi crecimiento y quizás esos malos ejemplos me llevaron por un camino que no era bueno para mi, debo darme cuenta de lo que soy HOY realmente y que Dios siempre estuvo pendiente de mi en todo momento, tanto que hoy me tiene sirviendo a él, entonces entendí lo que era el pasado y lo que soy hoy y decidí perdonar, cuando hablé directamente con él me bañé en lágrimas como un niño, porque era difícil para mi tenerlo en frente y dejar de recordar esas cosas de mi pasado, sin embargo tomé valor y le dije, papá quiero pedirte perdón por todo y empezamos a hablar y él también lloró, y me pidió perdón. De ahí en adelante la relación mejora.

Es evidente que cuando tomamos la decisión de perdonar eso motiva a la otra persona a perdonar, y que quizás en mucho tiempo esa persona ha estado pensando en pedirte perdón pero como no tiene el impulso que tenemos nosotros que es el Espíritu Santo, nosotros debemos dar siempre la iniciativa en todo momento, un paso delante de los demás para que las personas allá afuera se den cuenta que realmente Dios ha cambiado mi vida, de esa manera me doy cuenta cuando no he perdonado y cuando debo perdonar.

Es hora de perdonar, habla con esa persona, haz una cita, saca un tiempo, no importa lo que haya pasado y lo que te hayan hecho, es parte del pasado y hoy Dios te ha hecho nuevo precisamente para que puedas dejar atrás esa falta de perdón, si son tus padres perdónalos, recuerda que no siempre los vas a tener a tu lado y lo mejor es estar en paz con todas las personas antes de cualquier suceso que te impida hacerlo, hazlo ya, recuerda que perdonar libera y Jesús quiere cargar ese peso, pero debemos actuar y dejar que él actúe cuando vayamos a hablar con los demás acerca del perdón. ES HORA DE PERDONAR


Luis Felipe Torres

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